Dada mi lesión y mi poco entrenamiento, la ocasión la pintaban, así que cogí el coche y me plante es Espinama a los pies del teleferico de Fuente De, dando se la grata sorpresa de encontrarme con algunos de mis compañeros árbitros, estaban allí para homologar la carrera, con también corredores conocidos, y con Blas, coordinador de carreras de Cantabria, además de compañero de arbitrajes, Zegama, y por supuesto buen amigo.
El domingo, sin ninguna presión, me presento en la salida de la prueba en el aparcamiento que hay a pie de teleferico. Observo por donde se debe de subir, ya que parece imposible que pueda haber un camino, y ya mentalizado empiezo a calentar al lado del gran campeón Euskaldun Oier Ariznabarreta. Mis dolores de la mañana van despareciendo a la vez que los minutos de trote van sumando, es que levantarme de la cama por la mañana es un castigo para mi debido a mi pubalgia, y una vez calentado, pues a la linea de salida.
Se da el pistoletazo y aquello parece la estampida de búfalos, que ritmo, que desenfreno, que locura hasta que llegan las primeras rampas, allí dentro de lo que se puede se coge ritmo y se empieza a adelantar, continua hasta meta, y la verdad que no era fácil al ser un sendero estrecho y a nuestro lado, unas veces a la derecha, otras a la izquierda, una caída de cada vez mas metros mientras ganamos alturas.

Objetivo cumplido y experiencia recomendable para futuras competiciones, ya que es un entreno muy bueno, axfisiante, pero que no deja huella física.